LA REINA
El rostro de Montez aparece en primer plano totalmente iluminado y mira directamente a la cámara, baja sus ojos simulando vergüenza pero no puede evitar mirar de nuevo a la cámara... entonces entra un plátano en la escena.
Así, durante unos tres minutos aproximadamente, Mario recreará con el auspicio de Warhol un acto de autoconsciente provocación porque nos mira, -no lo pillamos in fraganti- nos mira y parece decirnos: "ved lo que puedo hacer con este plátano".
Como personaje, actúa y se adapta a lo que pide la cámara que le observa.
La reina es afeminada, intensa, oral, deseosa y excéntrica.
Está hecha para mirarla.
MARIO BANANA Y OLÉ.
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