domingo, 30 de junio de 2013

PLAN 9 DEL ESPACIO EXTERIOR (1959)

PLAN 0 DE DESASTROSO GUIÓN

Confieso que vi la película inducida un poco por las críticas y un mucho por el gusto de saborear ese blanco y negro de la serie B de los años 50 que tanto me recuerda a las llamadas novelas pulp.

Si bien Plan 9 del espacio exterior está considerada como la peor película de todos los tiempos y su director  -Ed Wood-  carga con ese estigma, no es menos cierto que hoy en día su calificación para un sector de los cinéfilos es de "película de culto".
Su matiz controvertido y sus "formas" no aceptadas por el público en general, le han generado con el paso de los años este honor.

Infames interpretaciones, decorados caseros, secuencias aprovechadas de otras películas y un guión absurdo relleno de escenas repetidas son algunas de las perlas que adornan esta singular producción. 

Ridícula e infantil en grado sumo contiene, sin embargo, el encanto de recordarnos que la mayoría de nosotros, en las mismas condiciones, la hubiéramos concebido igual.

jueves, 27 de junio de 2013

AGNES DE DIOS (1985)

ESCRÚPULOS Y MENTIRAS
 

La Historia en general es imposible de entender si no se admite que existen diversas medidas para la sinceridad.

La fe no conoce otra ley que el beneficio de lo que cree verdadero. Siendo absolutamente sagrado para ella el objeto que persigue, no tendrá ningún escrúpulo en invocar "falsos" argumentos para su tesis cuando no consiga nada con los correctos. Si tal demostración no es sólida, ¡existen tantas otras que lo son!... Si tal prodigio no es real, ¡existen tantos otros que lo han sido!...

¡Cuántos han sido los estigmatizados, convulsos, posesos de convento que han sido arrastrados, por la influencia del mundo en que vivían y por su propia creencia, a actos fingidos, ya sea por no permanecer por debajo de los demás, ya sea para salvar la causa en peligro!

Todas las grandes cosas se hacen gracias al pueblo, pero no se conduce al pueblo si no es prestándose a sus ideas. Así que aquel que admite la humanidad con sus ilusiones y trata de actuar sobre ella y con ella, no debe ser censurado.
César sabía muy bien que no era hijo de Venus, Francia no sería lo que es si no hubiera creído tanto tiempo en la Ampolla de Reims...

Para nosotros es fácil llamar mentira a todo esto y maltratar a los héroes que han aceptado en otras condiciones la lucha de la vida. Cuando hayamos hecho con nuestros escrúpulos lo que ellos hicieron con sus mentiras, tendremos derecho a ser severos con ellos.
Al menos es preciso distanciarnos y distinguir entre nuestras sutilezas preñadas de espíritu crítico y las ingenuas y crédulas sociedades donde nacieron las creencias que han dominado los siglos.

No hay gran creación que no repose sobre una leyenda.
Y, en semejante caso, la única culpable es la humanidad que quiere ser engañada.

jueves, 13 de junio de 2013

LO QUE QUEDA DEL DÍA (1993)

SE EQUIVOCA

Decía San Agustín que hay dos formas de equivocarse en la vida: una consiste en escoger el camino que no nos lleva a nuestro destino. La otra consiste en no escoger nada porque tenemos miedo a equivocarnos.

Sucumbir ante el miedo, dejarse maniatar por él, optando por no perseguir aquello que a uno le ilusiona y le hace mejor por temor al error, al fracaso o al esfuerzo que pueda traer consigo, es probablemente el mayor error que uno puede cometer en su vida.

Así en el centro de convencionalismos y tradiciones, la película transcurre por las sendas del amor condenado a los silencios, la vana esperanza y el tiempo perdido.

Porque, no se equivoca el hombre que expresa lo que siente, se equivoca el que, por miedo a decir lo que siente, deja de expresar su amor a otra persona.

martes, 4 de junio de 2013

EL OCASO DEL SAMURÁI (2002)

AMOR DE PERDEDORES

El cine es sin duda un reflejo de nosotros mismos y de nuestras relaciones, recoge una serie de actitudes y estados de ánimo que nos influyen, nos contagian y nos aportan.
Una de sus principales características es el sentimiento de empatía que podemos  -o no-  sentir hacia los personajes.

Nos identificamos con figuras ganadoras, éticas o de gran fortaleza pero también con personajes no tan “identificables”, como con el malo, el amoral o el débil.

Y es entre estos últimos personajes “malditos” donde se encuentra la figura del perdedor, un papel muy goloso para un actor por la cantidad de matices que conlleva, desde la mayor de las comicidades hasta el más profundo de los dramatismos.  El sufrimiento, la “mala suerte” y el descontento de un perdedor se puede enfocar desde muchos ángulos.

Cuando vemos a un perdedor en el cine lo conocemos todo de él, entendemos las razones de por qué es un perdedor y entonces deja de ser un perdedor.
Así se las gasta la gran pantalla.

Naturalmente, esto no suele ocurrir en la vida diaria porque sólo vemos la parte negativa de las personas y eso nos impide empatizar con ellas.

Una buena moraleja: conoce más a la gente que te rodea como si de personajes de cine se tratase, y ya verás como los entiendes.
O no.