MALA SUERTE
Tanta mala suerte es inaudita.
Para dos cosas que le salen bien - insólitas también, todo sea dicho - diez le resultan catastróficas.
Y sin embargo, lo sobrelleva con admirable bizarría, como si con él no fuera, obviando consecuencias y con su mirada puesta en una playa a la espera del amor.
Encomiable actitud.
Un guión tan desastroso sólo podrían mantenerlo a flote Bogart y Bacall. Juntos alimentan la leyenda y nos permiten disfrutar de la química de sus miradas.
Saltarán chispas, quizá prendan la pantalla.
Sólo por eso la película vale la pena.
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