lunes, 4 de febrero de 2019

LA DEFENSA LUZHIN (2001)

EL GRAN PROYECTO HUMANITARIO

Siempre que un clásico literario es llevado al cine surge la controversia sobre si se adecua a la obra original o, por el contrario, nos encontramos ante una propuesta que desvirtúa la esencia misma de la historia escrita.

En el caso que nos ocupa, la crítica especializada no deja de resaltar que M. Gorris traiciona visiblemente el sentido que Nabokov dio a su novela y la acusa de centrarse en un idilio insustancial aunque -eso sí- muy bien ambientado.

Alexander Luzhin -marcado por una niñez y adolescencia desdichadas- se refugia en el ajedrez como único recurso para aislarse del mundo que le rodea. Su dedicación absoluta le conduce a la maestría pero, en contraposición, no conoce el mundo real y carece de los básicos mecanismos de defensa para afrontar sus agresiones.  

Será Natalia (E. Watson) quien se encargue de mostrarle que existe vida más allá del tablero de ajedrez... pero, desgraciadamente, el talento y la excentricidad conjuntas que caracterizan a Luzhin son aquí inmisericordemente dibujadas hasta el punto de presentarnos un personaje grotesco y cercano a la imbecilidad.

La historia de amor se convierte entonces en algo tremendamente improbable. Porque ¿quién podría enamorarse de alguien tan evidentemente trastornado?

Sin duda, alguien que ve en el amor y en el otro a un niño al que cuidar, un paciente al que atender, un enfermo al que asistir y, sobre todo, un gran proyecto humanitario que levantar. 
Una persona con una dinámica emocional en la que caben los esfuerzos más descabellados y cuyas relaciones transmiten siempre un aire de constante lucha y heroico cansancio.

Natalia Katkov no es una enamorada, es una ONG.




No hay comentarios:

Publicar un comentario