martes, 19 de febrero de 2019

LA EMPERATRIZ YANG KWEI-FEI (1955)

SUAVE ES LA SEDA QUE ENVUELVE EL LAÚD



Película intimista, contemplativa en sus ademanes que se desliza en pequeños y elegantes pasos haciendo crujir la seda de los vaporosos quimonos.

Una historia de amor marcada por la fatalidad de un destino que va envenenando lentamente el devenir de los acontecimientos.

Kemji Mizoguchi elabora un desgarrador drama que alcanza su punto culminante -por su simbolismo y belleza- en ese poético travelling que acompaña el faldón de la emperatriz hasta llegar al árbol. 

La música que el pelctro rasga enmarca colores suaves, almas puras, y una íntima alegría que emerge desde lo más profundo de los corazones traspasando la pantalla.



Hermosa obra que va ganando enteros según transcurre la acción y que enaltece el amor romántico donde las emociones aspiran a ser eternas.  


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