TRISTE ES EL CAMINO QUE LLEVA AL INFIERNO
O casi.
Porque en este torbellino de acontecimientos donde todo importa y todo cuenta no hay espacio para el gozo.
Sólo la náusea cimbrea desatando las vibraciones insatisfechas del deseo, la codicia y la traición.
Es quererlo todo sin renunciar a nada.
Es conformarse con poco pero atreverse a todo.
Un tándem fatal que sorprende más si cabe cuando observamos a los protagonistas.
¿Es él el tipo de hombre que nos describe la historia de James M. Cain?
Rotundamente no.
¿Es ella la bella, ardiente y codiciosa esposa infeliz?
Quizás nos acercamos más.
Y en esas disonancias, en esa falta de proporción entre lo que ocurre y quién lo representa es donde la película pierde algo de su espeluznante tensión e impacto.
Pero, el destino está escrito aunque se empeñe en mostrarse infranqueable
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