martes, 11 de marzo de 2014

ORGULLO CONTRA ORGULLO (1955)

SIEMPRE NOS QUEDARÁ EL GRANJERO

Si cuentan las malas lenguas que ya en 1950 Janne Wyman se quejó por tener que aparecer "menos bella" que la inefable Dietrich en Pánico en la escena, después de leer el guión de esta película debería también haberse molestado.
Que no lo hiciera  -supongo-  nos remite a la idea de que aparecer "menos lista" no le preocupaba en absoluto.

Porque esta es la historia de una perdedora, amigas.
Lo miréis como lo miréis, y por mucho caballero de reluciente armadura a la vuelta de la esquina, sigue siendo la historia de una pobre fracasada.

De cómo ponerle a lo hechos una cataplasma y seguir tan felizmente, sólo es cuestión de acomodaticia pasión humana.

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