jueves, 11 de octubre de 2012

FRANK LLOYD WRIGHT (1998)

YO NUNCA MIRO ATRÁS

Taliesin, la casa testigo de la tragedia, la que se quemó tres veces y siempre Wrigth reconstruyó de nuevo, quizá sea el mejor ejemplo para definir sin palabras el temperamento de este arquitecto que conceptuó de conexión espiritual el arte.

Adelantado a su época, incorformista e innovador, caído en desgracia y olvidado por un tiempo; el diseño de la Casa de la Cascada en la década de los 30 del pasado siglo  -cuando contaba 70 años de edad-  significó su consagración.
A partir de ese momento comenzó la etapa más fructífera de su carrera que se prolongaría durante veinte largos años más.
 
El documental permanece como un pequeño homenaje al hombre que desde muy temprano en la vida tuvo que decidir entre la arrogancia honesta y la humildad hipócrita.
 
Y eligió lo primero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario