viernes, 19 de agosto de 2011

EL GRAN KHAN: MONGOL (2007)

     SIN NOTICIAS DE GENGIS KHAN


Hacia 1165, en las estepas del centro del mundo, al norte de la actual República de Mongolia, el caudillo Yesugei, el Valeroso, le dio a su hijo el nombre de Temujín, "acero", el mismo del jefe tártaro al que acababa de derrotar.
Tras una azarosa juventud, Temujín se hizo con el control de la mayoría de los clanes mongoles y, en 1206, se convirtió en el Gran Khan.

A su muerte, Gengis Khan -que significa "emperador océano"- había logrado conquistar el imperio más extenso jamás dominado por ningún ser humano.
Un cronista lo describe así: "Alta estatura y constitución vigorosa, fuerte, de hombros elevados, piel tostada, ojos distantes apenas sesgados y de un color verde grisáceo, con un brillo metálico que impactaba a quienes los contemplaban; frente oblicua, rostro limpio y franco y un pelo rojizo que se recogía en trenzas y que le confería una presencia formidable".

Hoy, a principios del siglo XXI, el lugar de su tumba sigue siendo uno de los enigmas más perseguidos de la arqueología. Su búsqueda ofrece una dificultad enorme.
Unos dos mil trabajadores cavaron la sepultura vigilados por cientos de soldados. Finalmente los obreros fueron ejecutados al acabar su tarea. El lugar de la tumba fue declarado "ij joring" -"gran tabú"-. Una tradición sostiene que centenares de jinetes cabalgaron sobre la tumba para no dejar huella de su construcción y que, después un clan mongol vigiló el lugar día y noche durante años, hasta que el bosque creció sobre ella y la confundió con el paisaje.

John Wayne dio vida a Gengis Khan en "El conquistador"

Se presupone que pudo ser un gran agujero, de decenas de metros de diámetro y de profundidad. En su centro se depositaría la tienda del Khan, rodeada de carros y mesas con los tesoros y ofrendas funerarias. Contenía, además del cadáver del emperador, el de su famosa yegua blanca, los de sus criados y riquezas sin cuento. Para algunos guarda el mayor tesoro de todos los tiempos.



Con semejante carga legendaria y especulativa, es fácil entender que se hayan realizado expediciones extraordinarias en su busca.
Una búsqueda, como sabemos, hasta ahora infructuosa.

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