Utilizar el recurso del sueño para dar rienda suelta a la imaginación, y como aquí, crear un batiburrillo de ideas pretendidamente guiadas por un perro que evoca a Anubis resulta, además de manido, decepcionante.
La historia, una vez superadas las espectativas, carece de interés y estéticamente tampoco consigue cautivar más allá de los tres primeros minutos.
Seamos serios, el Chacal es mucho más.
No le tomemos por lazarillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario