APRECIAR LA VIDA
Pero no sólo la tuya, sino la de los demás, es el leitmotiv de este corto oscuro, opresivo y apremiante.
Tomar conciencia de sí mismo y actuar en consecuencia se traducirá para el muñeco en un acto trascendente que, una vez ejecutado, no admitirá marcha atrás.
Y es que, no nos engañemos, cada muñeco vudú desde que nace lleva consigo su propia pulsión de vida y de muerte.
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