MUÑEQUITO MALO, MALO, MALO
Estamos en 1988 y el inocente "Good Guy" va a alterar su predecible existencia transformándose en "Chucky", el menor (en tamaño) asesino en serie de la historia del terror cinematográfico.
Y es precisamente su tamaño lo que, en ocasiones,
le convierte en un ser francamente divertido.
Nos imaginamos sus correteos de aquí para allá y le vemos clavando su cuchillito con mejor o peor suerte, aunque, eso sí, con la tremenda voluntad que confiere el ser un alma poseída.
Fue una original idea de hace ya 24 años que, aparte de lo expuesto, consigue crear algún momento de inquietud y en el que destacan por mérito propio los efectos especiales.
En aquel tiempo los "pepones" no dejaron de ser observados con cierta suspicacia.
No es de extrañar.
Es éste un muñequito malo, malo, malo.
martes, 21 de febrero de 2012
martes, 7 de febrero de 2012
SHREK EN EL BAILE CON KARAOKE EN LA CIÉNAGA (2001)
QUEDA LEJOS, PERO MUEVE A LA NOSTALGIA
Recuerdo perfectamente cuando vi la película Shrek (2001) en el ABC Park de Valencia.
¿Dónde estabas tú entonces?
Entre montañas de palomitas y olor a "chuches" asistí a la proyección de una de las películas infantiles que más impacto causó entre las pequeñas generaciones de aquella época.
La hitoria sencilla, humana y con final feliz de un antihéroe que se ve embarullado, sin desearlo, con un sinfín de personajes de cuento de hadas, hizo las delicias de niños y no tan niños.
Un buen guión y un hábil dominio de la acción catapultaron a Shrek al estrellato. Había nacido un nuevo ídolo.
El baile con karaoque pertenece a los créditos finales y en él se suceden diversos números musicales en una especie de entramado de tomas falsas.
Mi favorita sigue siendo YMCA de Village People interpretada por Robin Hood y sus muchachos.
Aquí la tenemos en versión original dedicada a la pandilla setentera más torera.
YMCA de Village People
Recuerdo perfectamente cuando vi la película Shrek (2001) en el ABC Park de Valencia.
¿Dónde estabas tú entonces?
Entre montañas de palomitas y olor a "chuches" asistí a la proyección de una de las películas infantiles que más impacto causó entre las pequeñas generaciones de aquella época.
La hitoria sencilla, humana y con final feliz de un antihéroe que se ve embarullado, sin desearlo, con un sinfín de personajes de cuento de hadas, hizo las delicias de niños y no tan niños.
Un buen guión y un hábil dominio de la acción catapultaron a Shrek al estrellato. Había nacido un nuevo ídolo.
El baile con karaoque pertenece a los créditos finales y en él se suceden diversos números musicales en una especie de entramado de tomas falsas.
Mi favorita sigue siendo YMCA de Village People interpretada por Robin Hood y sus muchachos.
Aquí la tenemos en versión original dedicada a la pandilla setentera más torera.
YMCA de Village People
viernes, 3 de febrero de 2012
JUDAS Y JESÚS (2009)
MÁS DE LO MISMO
Leo que elaborar este cortometraje de 15 minutos costó tres años.
Muchos años.
Nada menos que 1.095 días.
Muchos días.
Nada, si lo comparamos con el 1.576.800 de minutos que tuvimos que esperar para contemplarlo.
Muchos minutos.
Está claro que la virtud de la diligencia no aparece en el manual de instrucciones de sus creadores.
Parece, por el contrario, que sí fueron agraciados con el don del entendimiento. Una pena que lo utilicen (sin menospreciar la calidad artística) para crear una mascarada irreverente que, siendo una más de lo mismo, vuelva a levantar ampollas.
La imaginación es libre y la libertad de expresión un derecho, pero sus límites los marca la misma conciencia que nos habla de la forma en que queremos ser respetados y que por tanto nos debería a obligar a actuar de la misma manera con los que tienen diferentes convicciones a las nuestras.
"Durante 2000 años sólo se escuchó a Jesús. Ahora le toca a Judas", dice la sinopsis del corto.
Escuchémosle pues, y por una vez , juzguemos.
Leo que elaborar este cortometraje de 15 minutos costó tres años.
Muchos años.
Nada menos que 1.095 días.
Muchos días.
Nada, si lo comparamos con el 1.576.800 de minutos que tuvimos que esperar para contemplarlo.
Muchos minutos.
Está claro que la virtud de la diligencia no aparece en el manual de instrucciones de sus creadores.
Parece, por el contrario, que sí fueron agraciados con el don del entendimiento. Una pena que lo utilicen (sin menospreciar la calidad artística) para crear una mascarada irreverente que, siendo una más de lo mismo, vuelva a levantar ampollas.
La imaginación es libre y la libertad de expresión un derecho, pero sus límites los marca la misma conciencia que nos habla de la forma en que queremos ser respetados y que por tanto nos debería a obligar a actuar de la misma manera con los que tienen diferentes convicciones a las nuestras.
"Durante 2000 años sólo se escuchó a Jesús. Ahora le toca a Judas", dice la sinopsis del corto.
Escuchémosle pues, y por una vez , juzguemos.
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