lunes, 30 de enero de 2012

GARRAS HUMANAS (1927)

IMPACTANTE

Pocas películas consiguen impactar de una manera tan rotunda.

Sutilmente, sin imágenes explícitas, su trama consigue abrirse camino en la mente del espectador creando un malestar que podría calificarse de malsano.

Enfrentarse a las partes más oscuras de la psique humana, vulnerabilidades y miedos, que negamos o reprimimos, siempre resulta amenazador. Tod Browning lo sabe y Lon Chaney ejecuta su papel con maestría sumiendo al público en una voragine de sentimientos encontrados.

Nunca un amor se llevó tan lejos ni unas manos, aun siendo de amante, produjeron tanto rechazo.

Sobresaliente película muda.



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