LOS CUARENTA NO PASARON POR AQUÍ
Y fue una pena.
Después de tantas expectativas y afonías -¡quién se libra de pronunciar las mágicas palabras!- el descubrimiento fortuito de una potencial cámara del tesoro quedó en agua de borrajas.
El "Ábrete, Sésamo" no funcionó y el procedimiento más expeditivo de aplicar el pico sólo dio como resultado el vacío.
Estos azares de la fortuna, a mi pesar, sólo ocurren en Arabia.
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