Sobrio e intimista cortometraje que conjuga música e imagen en busca de aplicaciones alternativas al cine comercial rompiendo con los los parámetros de este.
El proceso creativo nos acerca a los prostíbulos de carretera en un viaje de comunicación no verbal que describe los lugares a través de su arquitectura, ubicación y elementos publicitarios.
Private, Carrascal, Parisien y muchos más, muestran sus deslucidas fachadas y sus ajados carteles de neón en una espiral de decadencia a la hora en que la noche divide al día.
Es la señal de lo enquistado en los márgenes de los asentamientos urbanos.
Lo que no existe.
Lo obviado por sabido.
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